Mi cajita de acuarelas

Me encanta pintar con acuarelas, no es que sea muy buena con ellas, pero, estoy aprendiendo a controlarlas. Hasta hace relativamente poco, estuve usando las acuarelas del Lidl. Colores bonitos, sí; pero no se mantenían vivos y la textura que dejaban una vez secos era arenosa. Entonces, decidí pasarme a algo un poco más profesional.

Las acuarelas no son baratas, y menos las profesionales; cada vez que veía el precio de una caja de acuarelas de por ejemplo 6 colores me daban tres pinchazos en el bolsillo. Por eso opté por comprarme los colores por separado y me cogí los que más supuse que iba a usar. Claro, ahora os preguntaréis, ¿Dónde vas a meter las pastillas? Fácil. Tenía una caja metálica la cual se suponía que era para meter las compresas y llevarlas en el bolso; era tan estrecha que no era para nada útil con su cometido, por eso la usé para las acuarelas.

Segunda pregunta, ¿No se te quedarán bailando las pastillas cuando simplemente cojas la lata-caja? La respuesta, no. Lo que hice fue usar imán adhesivo en cinta. Recorte el largo de la pastilla y simplemente lo pegué. Debido a que la caja era metálica y los imanes se pegan como lapas al metal, las pastillas no se moverán.

A ver, he de decir que un poco si se pueden mover si recibe movimientos bruscos; pero no se volcará y evitará que los golpes sean muy fuertes. Lo mejor de llevarlas es esta pequeña lata es que las podrás transportar fácilmente, además dentro de la mía también cabe un pincel rellenable pequeño, así que fantástico.

Y este es el truquillo de la semana, ¡hasta la próxima!