¿Y si no existiera la papelería?

Muchos asumimos que el lápiz que solemos llevar encima ya estaba ahí por defecto, que esa libreta donde cogemos apuntes ha ido pasando de generación en generación; pero no es así. Los artículos de escritura y papelería no se crearon por generación espontánea. Pasteur demostró que los seres vivos no se generaban de la nada, sino de la evolución de otro ser vivo; pero ¿y si los objetos se crearan espontáneamente cuando menos nos lo esperásemos?

Por ejemplo, el papel nace de una necesidad, la necesidad de poder guardar la memoria. La humanidad siempre ha sentido un gran apego a los recuerdos, al pasado y todos nuestros inventos tienden a guardar algo de alguna manera, ya sea en forma de scrapbook para rememorar las vacaciones del año pasado o en forma de penicilina para recuperar la salud.

Para crear algo, primero necesitamos una motivación o un por qué.

Si en el siglo 3000 a.C apareciera un bolígrafo, ¿qué pasaría? (más allá de que en la actualidad se encontrase y se guardase como una reliquia muy valiosa entre unas paredes de cristal de un museo) Pues que no sería un bolígrafo.

Debéis pensar que estoy loca, y razones tenéis. Pero un bolígrafo es para escribir, si no tienen la necesidad de escribir y no lo usan para dicha misión funcional, ese objeto llamado boli ya no lo será. A lo mejor lo usan como palito para agarrar las plantas, o a lo mejor como punzón o simplemente para rascarse la espalda; en cualquiera de los casos, el bolígrafo evolucionará para completar ese objetivo dado por la persona de hace un montón de siglos.

Resumiendo, la papelería es el mejor invento del mundo.

Es broma.

(o no)

A donde quería llegar es que muchas veces damos por sentado que todo aquello que nos rodea existió siempre, pero tuvo que haber una persona con algún tipo de dificultad que le hizo necesitar algo tan simple como un bolígrafo.

La papelería no se ha creado espontáneamente, este blog tampoco y yo, parece ser que tampoco.

¡Hasta la próxima!